La IGP del Vino del Campo de Calatrava ha firmado un convenio con la UCLM para hacer un estudio científico sobre la diferenciación de los vinos que nacen desde suelo volcánico
La Asociación para la Promoción del Aceite Campo de Calatrava y la del Vino del Campo de Calatrava son dos asociaciones profesionales, pertenecientes a la Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava, que agrupan al sector productor y elaborador y que se crearon en una primera fase como promotores de las marcas de calidad D.O. Aceite Campo de Calatrava e IGP Vino Campo de Calatrava.
La IGP del Vino nació después de que la asociación del Aceite consiguiera su propia denominación como apuesta para tratar que los vinos de calidad del Campo de Calatrava tengan un reconocimiento. Algo por lo que se sigue peleando tras el paso de más de una década, según explica Ramón Muñoz de Cuerva, presidente de la IGP y gerente de Bodegas Naranjo.
P: ¿Qué objetivos persigue la marca de calidad de Vinos del Campo de CVA?
R: Significarnos en el mundo del vino, en este mar que tenemos de vinos, hacernos diferentes por algo y demostrar que nuestros vinos tienen una peculiaridad respecto a los demás. A la hora de comercializar es más fácil si somos más exclusivos que los demás.
Como marca de calidad queremos tener una diferenciación de nuestros productos. Vamos a mantener esa marca y en un futuro veremos los pasos que pueden ir dándose después de tener claro si nuestros vinos se pueden identificar por su tipicidad.
En Fenavin, como IGP del Campo de Calatrava, hemos participado en varias ocasiones, pero este año con la 10ª edición, la asistencia al stand ha sido masiva y las bodegas participantes hemos notado tanto una mayor afluencia como un mayor interés.
Si es cierto que, a pesar de los vaivenes, ahora las 7 bodegas privadas y cooperativas que la componemos estamos participando de lleno en todos los proyectos, incluso las bodegas de nueva creación que llamaron a nuestra puerta.
P: ¿Qué hace diferente a los vinos de esta zona?
R: Estamos convencidos de que hay algo que diferencia a nuestros vinos por nacer desde una tierra volcánica, pero se tiene que demostrar ante las autoridades europeas. La zona de producción presenta unos caracteres homogéneos en cuanto a clima, suelo, geología, técnica de cultivo, etc. Hay minerales y componentes en la tierra que nos hacen diferentes a otras zonas cercanas, por las sustancias que dejaron los volcanes. Todo ello, además, aporta unas condiciones favorables para el logro de una uva apta para su transformación en un gran vino de calidad.
Los vinos del Campo de Calatrava se diferencian de otros en que sus variedades tradicionales, Airén y Cencibel, que componen el mayor porcentaje de cultivos, mantienen desde hace siglos una gran adaptación al ecosistema de la zona, conociendo bien su sistema de producción y logrando cosechas de buena calidad.
El resto de nuevas variedades han ido, en combinación con las anteriores, aportando nuevos sabores y aromas que resaltan los caracteres organolépticos de los vinos tradicionales. Mayor duración de los aromas y resistencia a la oxidación, entre otras, han sido algunas de las virtudes de las variedades adoptadas.
Por ello, recientemente firmamos un acuerdo con Miguel Ángel Collado, el rector de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), para la realización de un estudio que permita demostrar la influencia del suelo de origen volcánico de esta comarca en la composición físico-química y organoléptica de los vinos que se elaboran en este territorio.
P: Háblenos sobre este estudio de Caracterización y Diferenciación de los Suelos Agrícolas y Vino Campo de Calatrava. ¿Qué se pretende conseguir con él?
R: Para conseguir esa Denominación de Origen se tiene que demostrar una diferenciación frente a los demás, basándonos en nuestros suelos volcánicos y en nuestro territorio. Lo que se pretende es encontrar y demostrar que el origen vulcanológico de los suelos agronómicos del territorio tiene una relación directa y objetivable respecto a la composición.
Por ello, firmamos este convenio con la UCLM para desarrollar de forma exhaustiva este estudio, gracias a una subvención concedida por la Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava en la segunda convocatoria de ayudas LEADER por valor de 66.239,48 euros.
Se calcula que en un año se pueda tener tanto el estudio de suelos, plantas y hojas, como el de los vinos que ya se han muestreado por parte de algunos laboratorios. Con ello queremos cerrar el círculo para que todo el conjunto tenga un sentido. Una suma. Una diferenciación para conseguir esa D.O.
P: Además, de este estudio científico que puede sentar las bases para la D.O., ¿qué más hace falta para que la IGP del Vino Campo de Calatrava consiga su propia Denominación de Origen vinícola?
R: Hace falta que nosotros mismos nos lo creamos. Además del estudio, nos respalda una historia común. Nuestra historia vinícola se remonta hasta Raimundo de Fitero (fundador de la Orden de Calatrava en el siglo II d.C) que fue uno de los pioneros en establecer la viña en La Mancha.
Antes de su llegada, el Campo de Calatrava era una zona de paso donde había mucho cultivo de cereal pero, pasada la época de recogida, la gente no se establecía en el territorio. Por ello, él trajo a nuestra zona plantaciones como la vid para asentar a la población en la comarca, porque había viñedos que atender y cuidar.
P: Sin duda, una de las mejores formas de promocionar el vino del Campo de Calatrava tanto fuera como dentro de nuestras fronteras…
R: Exactamente, al igual que ya ocurrió con la promoción del aceite y su Centro de Interpretación en Moral de Calatrava, podríamos hacerlo con el Museo del Vino recientemente inaugurado aquí en Carrión, que no deja de ser uno de los pueblos más significativos a la hora de hablar de vinos en la zona.
Si a toda nuestra potente industria agroalimentaria, le sumamos una riqueza cultural y patrimonial como la que tenemos en el entorno, unido a la voluntad de todos, no cabe duda de que podríamos obtener grandes resultados para nuestra comarca. Cada uno de los municipios con sus peculiaridades suma para que podamos poner al Campo de Calatrava en el plano turístico nacional e internacional.
Ese precisamente es el objetivo que se persigue día a día, desde la Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava, la promoción económica y turística de la zona, creando un sentimiento de comunidad y de voluntad entre todos los municipios.
Una bodega centenaria
Bodegas Naranjo fue fundada en el año 1898 por D. Gaspar Naranjo Coello, antecesor del actual propietario Ramón Muñoz de Cuerva Sobrino, quinta generación que regenta esta centenaria bodega. Ubicada en la provincia de Ciudad Real, en Carrión de Calatrava, la bodega está volcada en la viticultura con el fin de obtener el mejor fruto, que será el principal responsable de la calidad final de los vinos.
A pesar de ser una bodega con cientos de años, con el transcurso del tiempo, se ha ido renovando y adaptando conforme las necesidades lo requerían. “El mundo del vino y el bodeguero es una incertidumbre hoy en día, precisamente por eso queremos hacer hincapié en una Denominación de Origen que no sea tan grande, pero que nos haga ser algo en este mundo del vino”, explica Ramón Muñoz de Cuerva.
Bodegas Naranjo está luchando por ello desde hace años, prueba de ello es que su marca es reconocida en el territorio, peleando no solo por distribuir a diferentes puntos de España sino también por la exportación especialmente en mercados asiáticos como China y Japón. Embotellando sus propias marcas.
“Este mundo está muy globalizado, las cooperativas tienen mucha fuerza y por eso las bodegas de menor tamaño no podemos competir frente a ellas. Nos tenemos que diferenciar por otras cosas, no podemos hacer competencia por ejemplo a los vinos a granel, sino que tenemos que hacer vinos de calidad que podamos embotellar y distribuir, priorizando la calidad frente a la cantidad”, comenta el presidente.
A todo ello, hay que sumarle proyectos como el enoturismo o los conciertos que realizan cada año en las bodegas y que precisamente, fueron impulsados hace 11 años por el Grupo de Desarrollo del Campo de Calatrava con el fin de sacar el arte y la música de los espacios habituales a la calle. Fue el pasado viernes, 28 de junio, cuando se celebró el último de ellos. Un total de 4 conciertos en el salón, con capacidad para unas 100 personas cada uno y uno de ellos, para 600 personas en el patio central.